Historias de un viaje…

¿Cómo comprobar que la magia de verdad existe? Sé que hay mucha gente que lo sabe, pero también, que hay mucha otra (como yo hace un par de meses atrás) que no lo sabe aun.

Siempre que veo las cosas que hice mirando hacia atrás en el tiempo me parecen más fáciles que cuando intentaba imaginármelas (o sea verlas hacia adelante); incluso muchas veces cuando las cuento es como si ya no fueran tan «grandilocuentes» como cuando las estaba viviendo. Pero una de las cosas que me propuese antes de salir a este (pequeño) viaje, fue «registrar» imágenes, historias, sensaciones, etc., y como desafío, intentar transmitirlas. Así que eso es lo que voy a intentar hacer acá, tomando el riesgo de que tal vez no quede plasmada la escencia de lo vivido.

¿Por qué? Porque me gustan los relatos de viaje, porque me inspiran, porque me gustan las historias simples…La mia es sólo una versión más, o una historia más; no creo ser «especial», ni que lo que haya hecho o haga sea algo fuera de lo común, de hecho hay una gran cantidad de personas que se atreven incluso a hacer muchísimo más.

Muchos podrán haber caminado por caminos similares al mio, casi idénticos (si se los mirara desde lejos), pero cada historia es única, y lo que primeramente salí a buscar en este viaje, eran historias pequeñas, historias de gente común, de gente que «tampoco tiene nada de especial» (o sí). Pero lo que encontré fue mucho más: allí afuera había magia, ¡MAGIA DE VERDAD!

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